Navidad sin regalos
diciembre 22, 2018Pero en la temporada de las fiestas nadie parece alegrarse de ir de compras, al revés, buscar regalos se convierte en una expedición desgraciada y un suplicio. Sin hablar del gasto que conlleva conformarse a este compromiso. ¿Entonces porque nadie es capaz de romper con esta tradición o intentar cambiar las normas?
Este año he dicho a mi marido que no quería nada para Navidad porque realmente no necesito nada en este momento. Ya que me estoy acercando al minimalismo intento practicar lo más posible y en estas fiestas me resulta bastante natural alejarme del consumismo desenfrenado. Pero mi marido sigue insistiendo de que un detallito siempre hace ilusión así que allí está mi regalito esperándome.
Si resulta difícil, casi imposible, convencer a los demás que no queremos nada por Navidad, no hacer regalos a los demás va a ser de otro mundo. Porque claro, la minimalista soy yo, no los demás. Si decido decir «basta» a este desperdicio económico casi seguro que alguien dejara de hablarme, me convertiré en la oveja negra de la familia y seré tachada de avara. ¿Me importa? No, pero ya que estamos en Navidad prefiero mantener un clima familiar sereno.
La raíz del problema no es el regalo en sí, es en la obligación de tener que hacerlo. Esto es lo que genera estrés y convierte el regalo en una carga. Tenemos que pensar en elegir el regalo perfecto para cada destinatario y nos atormentamos en la búsqueda porque no encontramos nada que encaje a la perfección y terminamos comprando algo aleatorio justo para «quitarselo del medio».
El regalo perfecto es exactamente al revés, es lo que cuando lo ves te hace inmediatamente pensar en el destinatario a lo que le puede gustar. Esta sería una mejor compra pero desafortunadamente nunca coincide con las fiestas navideñas.
Ideas para regalos minimalistas
La solución para sobrevivir al consumismo navideño y mantener la alegría de las fiestas es minimizar las compras, minimizar los gastos y elegir otras modalidades de hacer presentes. Algunas ideas:
La lista se puede alargar a bonos para el teatro y entradas para el cine, clases de cocina, de pintura, de idiomas, etc. o simplemente un sobre con dinero o bono regalo para que el regalo sea acertado.
Elegir con consciencia, gastar con moderación y sobre todo reflexionar sobre el hecho que la alegría de las fiestas es pasar más tiempo con los seres queridos y los amigos que con los paquetes regalos.
¡Felices Fiestas!
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